Si después de acudir a una piscina usted tienes los ojos rojos y sientes constante irritación y molestia en ellos, puedes haber contraído una conjuntivitis.
Esta enfermedad está causada, frecuentemente, por el contacto de los ojos con el agua de la piscina que contiene cloro y otros productos químicos.
Esta inflamación de la membrana transparente del globo ocular, llamada Conjuntiva, puede aparecer tanto de manera viral como bacterial.
La conjuntivitis bacterial ocurre principalmente en albercas públicas, debido a la falta de cuidado en la limpieza del agua.
Una de las primeras señales para poder identificar la conjuntivitis es el lagrimeo en los ojos y la secreción que hace que las personas amanezcan con los párpados como si estuvieran pegados.
No solo el cloro de las piscinas produce esta enfermedad en la visión. El acceso a las playas también puede provocar la aparición de la conjuntivitis.
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